Яeflejo de unα ilusion♥

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Aquel laberinto de rosas blancas...

Capitulo 11.


Por primera vez desde que entre al instituto me encontraba en el gran y lujoso comedor o más bien cafetería. El menú era impresionantemente variado, contenía los platillos mas deliciosos que podrías haber probado, en definitiva, hasta la cafetería era increíble.


-Buenos días señorita Melanie. – Dijo Nicholas.

Su voz era dulce, tan melodiosa y preciosa que lograba que recordara los mejores días de mi vida.

Nicholas llegó junto con cada uno de los caballeros que deberían cuidar de mí. Esta vez habia algo extraño… se mantenían callados.

-Buenos días... ¿Por qué están tan callados?

-Nicholas tiene algo que decir. -Comenzó Marcus dándole un pequeño empujoncito al débil cuerpo de Nicholas.

-¿Qué pasa?

-Estaba pensando… bueno… más bien es un hecho que… am… que…

-¡Que!

-¡Soy un estorbo!

-… un estorbo… ¿Eh?

-Tan solo soy un estorbo para ti, así que decidí ser exiliado.

¿Exiliado? No sé si comienza a ser un vaga idea de una mente pobre como la mía – a comparación con todo el dinero y poder que ellos tienen, yo tan solo soy una persona más – pero… ¿Por qué los ricos son tan… exageradamente dramáticos?
-¿Por qué? No hay que llegar a tal extremo.

-No te he ayudado mucho, con lo de… ya sabes tú secreto.

-No te preocupes por eso, tampoco yo no sé absolutamente nada, asi que por favor no te llames así, me haces sentir como… alguien que los utiliza o algo asi.

-¡Pero lo estás haciendo! – Marcus interrumpió con sus desdeñosas palabras.

-¡Cállate inútil no estoy hablando contigo!

-Lo siento no fue mi intención. Me refería a que no he podido salvarla de ninguna situación, ni siquiera tengo información para... – Continuó Nicholas despues de haber sido GROSERAMENTE interrumpido.

-No me digas usted - Le advertí.

-Para ti, asi que yo soy innecesario... pero siempre puedes contar conmigo, puedes pedirme lo que quieras y ¡lo haré para complacerte!

Justo cuando yo creía ser innecesaria para salvar al mundo, llega el y me hace sentir mejor y a la misma vez, mal.

-Claro… cuando necesite ayuda te llamaré.

-¡Eso me haría muy feliz! – Responde Nicholas con una sonrisa celestial.

De algún modo ridículo, el de verdad estaba triste por no haberme ayudado, pero hasta con estas palabras me sentía realmente mal. Y aunque si era un estorbo, porque no hacía gran cosa más que endulzar el ambiente, era algo que no le iba a decir ni en mis sueños. ¿Cómo podría herir sus sentimientos? Estoy segura de que lo haría llorar.

-¡Nosotras también queremos que Nicholas nos complazca! – Dijeron todas las jóvenes que permanecían al tanto de nuestra conversación.

-¡Melanie es demasiado dichosa! ¿Porque ellos siempre están con ella? – Todas aquellas que en un momento me odiaron, ahora dejaban claro que no era odio, ni mucho menos rencor, no, no era eso, sino que me admiraban.

-Yo quiero que Nicholas me de toda su atención, ¡yo también quiero pedirle muchas cosas! – Creo que ni siquiera prestaban atención a esas torpes palabras que soltaban sin más. ¿Dónde rayos está su vergüenza? Lo que hace el dinero…

-No quiero ni imaginarme a qué tipo de cosas se refieren ellas... – Me dije a mi misma en voz alta a lo cual Nick soltó una pequeña risita traviesa.

-De nuevo las feromonas ¿he? ¡Son tan divertidas! - De nuevo Evan apareció justo en el momento preciso para reír y burlarse, lo diferente es que esta vez no era para burlarse de mí, asi que está bastante bien.

-Bien... ya acabe con mi almuerzo asi que adiós.

-¡Esperé!... ¿he? – Escuché por última vez la voz de Nick.

-Ella desapareció... ¿tan rápido? – Peter parecía asombrado. Parece que no le gustan las sorpresas.

-¿Dónde está? – Arón habia logrado recuperar el aliento y esta vez no habia caballerosidad alguna en sus palabras.

-Tenemos que buscarla, ¿acaso es estúpida? Gilbert podría hacerle daño. - ¿Por qué me sorprendería? Esto es típico de Marcus.

-Ahora tenemos que buscarla... – Peter parecía algo distante y enojado. Tal vez este día no estarían hablando tan especialmente.

Las voces fueron desapareciendo a cada paso, al parecer estaban extrañados.

Ellos sabían perfectamente en donde me encontrarían, aquel laberinto de rosales blancos se habia convertido en mi lugar favorito, era tan hermoso y perfecto que es imposible aburrirse ahí. En el ambiente se respiraba misterio y felicidad. ¿Qué hay mejor que eso?

Había aprendido con tan solo unos días como pasear libremente por el sin siquiera perderme. Sabía que atajos tomar y porque caminos escapar, lo conocía aun mejor que a mi propia sombra. Pero supongo que lo que más me encantaba era llegar hasta el centro, donde se encontraba el hermoso kiosco blanco entrado en años y que tenía enredaderas creciendo en los barandales.

Es el ejemplo perfecto de antigüedad y una historia que contar.

-¿Quién eres tú?- Le pregunté con voz hostil.

Una chica, ejemplar exacto de una estadounidense de cabellos completamente rubios y ojos azules se encontraba invadiendo mi lugar perfecto. Me sentía celosa. Ella no parecia asustada, ni perdida. A juzgar tendría que compartir mi pequeño mundo con alguien más. Pero no lo haría.

-¡Hola! Soy Hillary- Un tono alegre y cariñoso embriagaba sus palabras, entonces fue como si el aire a mi alrededor cediera ante su amabilidad, pero en mi interior me encontraba demasiado celosa aún -. Tú debes ser Melanie  la que entró de la nada a mitad del año… ¿No crees que es extraño? – Parecía querer conocer mi historia, me miraba absorta de pies a cabeza como si yo fuera un ser mágico lleno de misterio. Como si fuese alguien realmente especial.

-¿Tiene algo de malo? – Ella se dio cuenta de la incomodidad en la que me encontraba, parecía no querer problemas.

-Nada ¡pero tampoco te molestes! Solo estaba bromeando… ¿Eres de molestarte tan pronto?

-No… solo con personas hipócritas ¡Las odio! – Tal vez me estaba pasando un poco.
-… Qué bien que no soy asi… am… creo que el ambiente está un poco tenso aquí… asi que mejor me voy.

-¡No! Espera… lo siento – Me rendí -. Es que… sonará tonto, pero creí que nadie se atrevía a entrar al laberinto y me habia acostumbrado a que sea solo mío.

-¡Oh! Asi que es eso… ¡no te preocupes! No pensaba quedarme aquí… a decir verdad no me gusta, siento que en cualquier momento podría perderme… solo estaba buscando a unas personas.

-¿Qué personas? Tal vez te puedo ayudar.

-¿Crees poder? Apenas llevas dos semanas de tu ingreso.

-¿Cómo sabes eso?

-Bueno esos son algunos de los créditos cuando eres parte de la administración.

-¿Administración? ¿Tú también eres parte? Creí que solo había hombres.

-¡Hey! El mundo no es tan machista como crees, las mujeres también tenemos derechos – Era una chica extremadamente encantadora y graciosa. Podría realmente haberme equivocado.

-¡No me refería a eso! Lo siento si te ofendí. Es solo que…

-Tranquila, despues de todo también es extraño el hecho de que estudiantes manejen la administración. Sabes esta es la primera vez que creo realmente que somos anormales.

-No te imaginas todo lo extraño que puede ser el mundo…

-Mel eres tan graciosa… sabes… creo que tu y yo podríamos llevarnos bastante bien. ¡Claro si tú quieres!

-¿Por qué diría que no?

-Esa fue la impresión que tuve cuando me viste aquí – Las últimas palabras podrían haberse tornado en grises si tuvieran un color. Tal vez se lo había tomado en serio.

-A veces puedo ser algo orgullosa y autoritaria con las cosas… - Le dije entre sonrisas nerviosas, no necesitaba a otra persona enojada conmigo.

-No importa. Este lugar nunca ha sido de mi agrado. Siempre estoy incómoda cuando entro aquí, se siente una presión en el aire, como si te quitaran el aliento, como si estuvieran observándote todo el tiempo – Parecía asustada, incomoda y lo había dicho con sinceridad -. Trato de evitar este lugar siempre que puedo.
-¿Entonces como sabes por dónde ir?

-Antes muchas parejas traviesas venían despues de clases… tu sabes para “divertirse” y siempre teníamos que vigilarlos. Tenemos que mantener el orden, Pandora no puede destruir la apariencia que durante años estuvo creando. Puede parecer falso pero… tenemos que proteger nuestras expectativas.

-Lo entiendo. A los que buscas son a Arón, Marcus, Peter y Nick ¿verdad?

-Sí, así es. ¿Los has visto?

-Ni te imaginas cuantas veces los he visto…

-¡No puede ser! Es verdad. Tú eres a quien tanto protegen, a la chica que acosan y jamás dejan sola. ¡Las chicas de Pandora solo hablan de ti!

-¿Tu también ya escuchaste los chismes?

-¡Claro que sí! Pobre de ti, debe ser terrible. Las demás piensan que eres una heroína por eso, creen que eres un ejemplo a seguir e incluso te veneran, lo que ellas no saben es que pueden ser muy celosos y dramáticos. ¡No saben de lo que hablan!

-¡Por fin alguien que me entiende!

-¡Oh! Esos idiotas deben de molestarte demasiado. Te ayudaré siempre. A partir de ahora te considero una de mis amigas.

-¿En serio? ¡Gracias!... ¿pero por qué no estás molesta?

-Porque yo conozco a cada uno de ellos a la perfección. Hemos estado juntos desde que ingresamos a Pandora, se lo problemáticos que son. Así que entiendo por lo momentos que pasas. Aunque ahora tú eres mi problema. – Lo había dicho sin la menor intención de ofender.

-¿Y por qué yo?

-Desde que supieron que tendrían que cuidarte en todo momento, han escapado de sus labores en la administración y me dejan todo el trabajo a mí, realmente no me importa hacerlo pero… supongo que los extraño… ¡creo que los celos es algo que compartimos las dos!

-Si por mi fuera esto no hubiera sucedido. Créeme.

-¡Te encontramos! – Sus voces invadieron todo el lugar, la calma y tranquilidad se había roto en un suspiro.

-¡Hillary! ¿Qué haces aquí? Deja de estorbar estamos cumpliendo con nuestro deber


 – Yo no era la única que era víctima de las groseras palabras de Marcus.

-Fue un gusto saludarte Hillary, ya no te molestamos más asi que ¡Adiós! – Dijo Peter con nerviosismo.

Como si le tuvieran un miedo infantil.

-¡Peter no seas grosero! – Lo reprendí. No tenía porque hablarle de ese modo a una persona que siempre estuvo a su lado.

-¡Oh señorita Hillary! ¿Cómo estás? Hace algún tiempo que no nos vemos debiste de haberme extrañado- Arón era demasiado predecible.

- Te vez igual de linda que siempre Hillary – Le dijo Nicholas con las más hermosas palabras.

-Como te habrás dado cuenta Melanie cada vez que Marcus abre la boca es para decir estupideces, Peter tiene los mismos nervios que un reo escapándose de la prisión, Arón siempre empieza todas sus frases con un vanidoso ¡oh! Y Nicholas no importa que diga siempre lo perdonarás.

-¡Los conoces muy bien! - ¡Por fin podré tener una amiga que entienda lo que siento! ¿DE DONDE SALEN ESTOS ANIMOS DRAMÁTICOS?

Estoy empezando a hablar del mismo modo que cada una de las estudiantes de Pandora. ¿A esto se refería Gil al decir que sería como ellos?

-¡Me alegro que la señorita Melanie y tu Hillary puedan tener una gran amistad! – La tierna voz de Nick se dejó escuchar, enterneciendo cada acto.

-Nicholas… - Ambas suspiramos, era imposible no dejarse llevar por la seductora y hermosa sonrisa de Nicholas. Era como si te embriagaras, como si cayeras lenta y dulcemente en una gran agonía de bienestar, parecía que todo estaría bien, que te regalaba su corazon. Era simplemente perfecta.

-¿Por qué están suspirando? ¡Nicholas dijiste que no tratarías de conquistarla! – Lo reprendió Marcus.

-Marcus ¿podrías parar tus celos absurdos? – Le dijo Peter con calma y serenidad, con el mismo tono condescendiente de siempre. ¿Acaso Peter jamás tiene una variación de emociones? ¡Nadie puede estar tan tranquilo siempre!

-Cállate Peter. ¡Tú piensas lo mismo! – Esta vez… Marcus, mostro quien era en verdad, su auténtica personalidad: Egoísta, celoso, impulsivo, sobre protector, con ataques de energía amables, pero más que nada cuando se “enojaba” parecía un tierno niño pequeño, en otras palabras, Marcus era: Infantil.

-Lo siento Marcus no era mi intención ponerte celoso. Solo quise ser amable. – Se defendió Nicholas.

-¡Pues te estás pasando de amable! - ¿A caso Marcus estaba celoso?
¡Oh no! De nuevo, ahí venían los sonrojos de mis mejillas.

-¿Quién les ha dicho que mi dama Ross es suya? Es obvio que ella me escogería a mí, tan solo obsérveme ¿podría haber alguien más perfecto para ella? ¡Claro que no! – ¿Siempre tiene que ser tan dramático? Se cree un príncipe azul. Extremadamente caballeroso y coqueto, dulcemente idiota… ¿Quién es? ¡Claro! Arón.

-Mi señor, Melanie puede escoger a cualquiera de nosotros. – No sé porque Nick lo llamaba así.

-¡Nicholas te dijimos que no lo llames así! – Le gritaron todos excepto Arón que con esos aires de grandeza las palabras de Nick no le iban nada mal.

-¿Entonces a Melanie le gustan ese tipo de chicos?... Entonces tendré que ser indefenso, torpe y tierno. - ¿Quién es esta persona? Es irreconocible. Marcus nunca, ¡NUNCA! Hablaría así, no es que lo conozca a la perfección pero… no podría imaginarme lo que ahora sucedía si no estuviera escuchándolo.

-¡Marcus lo dices como si te importara! – Le dijo Peter, como si ya lo hubiera visto con el mismo tono infantil antes.

-¡Claro que me importa Peter! ¿Acaso crees que la dejaré contigo? ¡Eres demasiado extraño! – Le respondió Marcus.

-¿Y qué? ¡Por lo menos no soy agresivo como tú! – Wow… ¡Peter si podía tener una variación de emociones!

-¡Agresivo! ¿Yo? ¡No me digas! - … Marcus o tenía dos personalidades completamente diferente o se olvidaba de todo cuando quería proteger algo que quería que solo fuera suyo.

-Chicos tranquilícense – El único que mantenía la calma aún era Nicholas. Era de esperarse, el tampoco se ha sobresaltado desde que lo conozco.

-¡Cállate Nicholas! Nadie te cree con ese tono hipócrita. - ¿Cómo Marcus pudo haberle dicho eso? Yo creí que el protegía a Nicholas de todo, hasta del mismo Arón. Supongo que se olvida de todo cuando se enoja.

Ahora, era casi posible que Nick comenzara a llorar.

-¿Hipócrita?... ¡Yo no soy hipócrita! ¿Y qué dices de ti? Tú la odiabas y para ser sincero ella merece a alguien mejor que tu. – Olvídenlo, yo lo olvidaré algún día tal vez. No sé nada sobre mis cuatro caballeros. En realidad sí pero no del todo. ¿Algún día tendría que saberlo no?

-¡Claro que sí! Me merece a mí. – Se me hacía extraño no haber escuchado su voz.


-¡Tú no eres mejor que yo Arón! – Marcus se peleaba con todos y era… bastante gracioso.

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4 comentarios:

Blogger Naomi Trujillo ha dicho...

mmm... siento algo raro en hilary.. que sera??

oye que crees?? empeze novela! es del mismo tema que la tuya pero no es lo mismo pasas?? mimundodoble.blogspot.com

besos...

3 de noviembre de 2010, 18:14  
Blogger Hillary Mendoza ha dicho...

demasiado bello pues.
Y SHE LLAMA CUMU YOOOO*-*
jjaja que gay soy
beello
byyee ilyy

7 de noviembre de 2010, 11:36  
Anonymous Anónimo ha dicho...

He encontrado tu historia y me ha encantado!!! Publica pronto si? Pareciera que a Marcus le gusta Melanie juju Si puedes pasate por fas por mi blog: http://amusicallovestory.blogspot.com/ Gracias, suerte :)

14 de noviembre de 2010, 6:13  
Blogger Naomi Trujillo ha dicho...

votarias por mi en alleissa.blogspot.com ?? gracias!

17 de enero de 2011, 18:44  

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